Gobierno Multicultural y el desinterés de la situación social

Gobierno Multicultural y el desinterés de la  situación social

La Argentina, y por ende San Juan, está habitada en su gran mayoría  por descendientes Españoles, y en un orden mucho menor, Italianos, Coreanos, Chinos, etc. Y entre ellos Judíos.

Este Gobierno en su ideología igualitarista que promueve la coexistencia o convivencia de diferentes culturas o pueblos (Étnicos, raciales o Religiosos) en un mismo conjunto social y en todos ellos (mas en la raza española, y siguiendo  los Judíos)  más o menos existe la denominada “animosidad” hacia el otro, hacia aquel que no piensa como nosotros.

Hay muchas historias sensacionalistas de los tan mentados y controlados medios de comunicación que todos o casi todos pretenden estar en contra de ese odio. De hecho afirman deplorar el crecimiento de ese odio en nuestra sociedad, de estar alarmados y de estar buscando maneras de mejorar la situación, esas historias que denuncian odio, tienen el efecto de causar odio.

Todos sabemos que expresar asco por las prácticas sexuales de los homosexuales, situación sentida por todo heterosexual aun con instintos naturales saludables, es el colmo de la incorrección política y hará que se nos etiquete de “odiadores” en un instante.

Solo con pretender dar a nuestros hijos un ejemplo positivo de masculinidad y feminidad heterosexual tradicional, nos hacemos sospechosos de “odiar”, así que más vale hacerlo discretamente, que es lo que a la postre pretenden, dejarnos avasallar o acabaremos etiquetados con algún delito de odio.

Tenemos la Constitución Nacional y Provincial y se supone que limita hasta cierto punto lo que los políticos pueden hacer tras ser elegidos. Tenemos un sistema de Tribunales que se supone que asegura que los políticos no se desvíen mucho de la Constitución y un Tribunal superior que supervisa que los Tribunales ordinarios no se desvíe en su interpretación. Pero lo Jueces de esos Tribunales son designados por los Políticos a los que se supone que tienen que vigilar con lo cual buena parte del sistema queda viciado.

Vemos y contemplamos consternadamente y con indignación en algunos casos, la creciente subversión de nuestras instituciones policiales y Judiciales y en aumento. (Tal vez con justa Razón). Y todo esto pueden hacerlo  solo porque la gente decente se queda de brazos cruzados.

Si las personas decentes además de indignarse se levantaran y aceptaran su responsabilidad personal por nuestra libertad y la de nuestros hijos, si se comprometieran y empezaran a trabajar unidos, podríamos pararles los pies a los nuevos “comisarios” y políticos, etc.

No seamos holgazanes porque la vida no perdona ni un minuto perdido. No te disfraces de hombre listo que no se compromete con nada, ni se arriesga en nada. Hay que participar en la vida y no esperar el final de la película a ver qué beneficio me toca a mí de lo que el otro hizo. Se actor y no solo espectador del drama. Cierto, los burócratas intentaran poner tu nombre en algún tipo de lista de “enemigos” que es políticamente incorrecto que lo hagan, como me sucede a mi porque solo pienso diferente a un gobierno de turno como lo es el de Gioja y sus partidarios  y algunos periodistas, ¿Y QUE?-

Yo creo que es un honor, estar en esa lista y tú al hacer eso, esa lista carecerá de valor alguno.

Se les ocurre un solo medio de comunicación de masas, un solo periódico, una sola cadena de Televisión, que no esté a favor de leyes contra el llamado “discurso del odio”

De este modo, los que se pasan todo el tiempo libre sentado en el sillón ante el televisor han sido convencidos de que los “odiadores” deberían ser encarcelados. De este modo los que vulneran lo políticamente correcto son “encarcelados” mas por lo que se supone que estaban pensando que por lo que hacían.

Los “Progres” por un lado y los ultra liberales por el otro, afirman que necesitamos estas leyes para mantener la tranquilidad domestica, que es más importante evitar que se hiera los sentimientos de la gente por un “discurso de odio” supuestamente ofensivo que el preservar la libertad. Lo que están a favor de estas leyes también pretenden abolir la libertad. Dicen que están a favor de la libertad de prensa y de la libertad de expresión, pero de lo que están en realidad es a favor de la libertad de su prensa y la libertad de su expresión, y no de la de los demás.

Podemos criticar y denunciar a cualquiera, excepto a los judíos y a los Justicialistas (excluyo  los Peronistas, que casi no quedan), cualquier observación sobre delincuentes foráneos, homosexuales pervertidos o feministas históricos puede llegar a ser perdonadas si se asegura que se trataba de una crítica constructiva. Pero si alguna vez cometes el error de mencionar a los judíos, a un gobernante o Presidente justicialista, de algún modo que no sea en los términos aduladores, tu nombre pasara a la “lista del odio” y ya nunca serás borrado, (Bueno hasta que ellos dejen el poder).

Dijo una Periodista que le envié un mensaje contradiciendo su mensaje adulador, muy consternada y sorprendida:

“¿PORQUE DE ESTOS MENSAJES?

El objetivo, resumiendo, es convencer al público que es muy malo contradecir la línea de pensamiento único.

Los políticos  y periodistas que se transforman en oficialistas, tienen como misión perseguir la disensión y saben que es necesario llegar hasta el extremo de desacreditar públicamente a cualquiera que disienta. Muchos de ellos critican cuando la gente, no envía sus nombre cuando dan una opinión y le dicen de todo, pero, cuando el mensaje no es el que esperan, tal vez lean el mensaje pero no dicen quien lo envió, y se justifican, diciendo, “no podemos estar desconectado, vivimos de la pauta que nos da”.

Entienden que su empleo depende de mantener una ilusión y cualquier disensión amenaza esa ilusión. No quieren que nadie se salga del tiesto, alguien que pueda cambiar las cosas de un modo impredecible, amenaza para sus beneficios.

Así que tienen un plan para destruir y silenciar a aquellos a quienes no les intimida el miedo a la calumnia. Lo que pretenden hacer es ponernos fuera de la ley, o cuanto menos hacer que sea ilegal decir lo que pensamos. Trabajan activamente en varios de estos frentes represivos.